* Artículo publicado en El Fielato, Tribuna Libre, 24 de agosto de 2016
Leía la semana pasada, aquí en El Fielato, que "la Plataforma de Usuarios se reunía con el consejero para evitar el hundimiento del centro sanitario comarcal". Y es que no puedo evitar sorprenderme con las alusiones reiteradas a una pretendida desmantelación del Grande Covián. Quiero pensar que usuarios y profesionales luchamos en realidad por salvaguardar y garantizar el crecimiento efectivo y funcional del centro sanitario comarcal; por mejorar y ampliar sus servicios, sus equipamientos, sus infraestructuras y la formación de su personal; por mantener un trato humano y cercano en el centro; por continuar acercando la cartera de servicios a los centros de salud y al propio hospital; por incrementar justamente y de forma eficiente la plantilla del área sanitaria; por mejorar los sistemas de información y aspirar a un compromiso de transparencia; por seguir trabajando en el pacto de cooperación con Cabueñes en la dirección mantenida hasta el momento, por la que distintos profesionales de Gijón se están desplazando físicamente al Grande Covián (urólogos, dermatólogos, anatomopatólogos, pediatras) y colaborando en sesiones conjuntas telemáticas.
En fin, desearía que luchásemos "por" y no "contra", y mucho menos "contra quimeras". La "desmantelación del hospital" es una quimera, una perfecta idiotez elevada al rango de amenaza por una oposición política irresponsable e ignorante, particularmente dañina en el caso del PP y Foro, ya que las políticas nacionales en materia de sanidad llevadas a cabo por el PP sí amenazan la continuidad, no ya de nuestro hospitalín, sino la del propio sistema público de salud tal y como lo conocemos.
En menos de diez años, el 75% de la plantilla médica de los centros de salud del oriente asturiano se jubilará, y no habrá profesionales suficientes para sustituirlos. Ya faltan profesionales hoy pero, en breve, la escasez de personal resultará paralizante. Y no se trata tanto, o no sólo, de las condiciones laborales actuales, de la escasa regulación centralizada o de la ausencia de medidas compensatorias o de incremento de atractivo para las áreas más pequeñas, sino de políticas a nivel nacional mucho más básicas y limitantes. La política de no revisión de los numerus clausus de medicina; la reducción efectiva de plazas MIR; la desacreditación injustificable de centros formadores; la normativa que impide contratar a los médicos extracomunitarios que finalizan el MIR en España; las inauditas limitaciones para convalidar títulos de especialistas extranjeros; incluso la funcionarización del personal sanitario. En fin, son éstas y muchas otras políticas las que estamos apenas empezando a notar. Faltan pediatras en el Grande Covián, cuando hace solo tres años el Ministerio decidió revocar la convalidación del título de pediatra, por motivos absolutamente ridículos, a una gran profesional que llevaba años trabajando con nosotros. Faltan médicos de familia, y hace apenas dos años que el Grande Covián, igual que Cangas de Narcea, Jarrio o Mieres, fueron injustamente desacreditados como centros formadores MIR para médicos de familia.
Y sí, es cierto que hay muchos más problemas, por no mentar la absurda y contraproducente, por exagerada, limitación presupuestaria. Pero los más graves, los más acuciantes, los que verdaderamente amenazan a nuestro hospitalín, no son tanto los retrasos en equiparar nuestro centro con el resto de la comunidad, ni el pacto de cooperación con Cabueñes, que en gran medida servirá para permitirnos crecer más aún, ni que el Presidente del Principado sea de Mieres o del Sporting. Lo que amenaza a la sanidad pública española, y en primera instancia a los centros y áreas sanitarias más pequeñas como la nuestra, son políticas nacionales en materia sanitaria que nadie (¡nadie!) está cuestionando.
Contra esta amenaza no bastará con manifestarse cuando sea demasiado tarde, cuando no haya médicos ni enfermeras que contratar. Entonces dará igual que toda la población se levante enardecida porque descubran que, al no haber profesionales que puedan dar cobertura sanitaria, se tendrán que cerrar más de la mitad de nuestros centros de salud y nuestro hospital se verá reducido a un policlínico (otra vez) de urgencia. Y esto no es cosa de la política "en pequeño" de nuestra comunidad autónoma. No hay ningún plan maquiavélico que quiera desmantelar el Grande Covián. Ni siquiera PP-Foro lo pretende, al menos explícitamente, y mucho menos el PSOE. El Principado bastante hace mal repartiendo las migajas de un presupuesto exiguo. Y sin embargo, si nadie lo impide, el PP conseguirá desmantelarnos, como sin querer, sin que nos demos cuenta. Faltarán cada vez más profesionales para mantener un servicio público de calidad, universal y equitativo. La sanidad pública será denostada, todavía más agresiva e injustamente. Los seguros privados minimalistas seguirán creciendo. Y mientras, la "política en pequeño" seguirá tirándose los trastos, bailando la culpa hasta la náusea, hasta que acabe por resultar imposible mantener nuestro servicio público de salud. Seremos los primeros en caer, aquí en el oriente astur, sin duda. Pero no seremos los últimos.
Así que no. Luchemos por continuar mejorando nuestro hospital y nuestros centros de salud a través de la política regional; sin hipérboles injustas; sin críticas maniqueas o ignorantes; sin miedo ni desconfianza absurda; sin seguirle la corriente a quien solo pretende desacreditar nuestros servicios públicos, envidia de muchos y nicho de negocio potencial para muchos otros. Pero no perdamos de vista la verdadera amenaza. Dejémonos de exageraciones innecesarias para referirnos a lo pequeño, y atendamos, y luchemos, contra las medidas que realmente ponen en riesgo a la sanidad pública. Si no empezamos ya, te aseguro que no quedará nada que defender en pocos años.
Chema Nieto 1
Las Rozas, Villanueva de Cangas de Onís
1 Médico de urgencias en el Hospital Grande Covián; exgerente del Área Sanitaria VI - Oriente de Asturias
Imágenes: Lee Bogle