DATOS PRELIMINARES I LA GRIPE Y SU TRATAMIENTO I VACUNACIÓN I PANDEMIA ACTUAL I ¿QUÉ VA A OCURRIR AHORA? I ¿POR QUÉ SE RECOMIENDAN ANTIVIRALES Y SE BUSCA UNA VACUNA ESPECÍFICA PARA EL VIRUS H1N1?
DATOS PRELIMINARES
La gripe es una efermedad estacional, cíclica, que se presenta especialmente durante el invierno en regiones de clima templado, provocada por virus ARN. Estos virus mutan con facilidad (se modifican), siendo habitual encontrar variaciones significativas de un año a otro, existiendo además diversos tipos diferentes de virus de la gripe.
Se transmite habitualmente a través de las secreciones salivales o bronquiales (al estornudar un paciente o incluso al hablar, a través de las "gotitas de Pflügge").
En la temporada de invierno la gripe puede afectar a un 15% de la población, en ocasiones más, siendo por ello una enfermedad importante desde el punto de vista epidemiológico.
LA GRIPE Y SU TRATAMIENTO
La gripe no tiene tratamiento específico. Suele cursar con fiebre, tos, cefalea, dolor de garganta, molestias musculares y/o articulares, más debilidad general. El tratamiento es sintomático, es decir, está dirigido a paliar los síntomas que acompañan a la infección, y habitualmente se utilizan analgésicos y antipiréticos (como el paracetamol o los antiinflamatorios no esteroideos –AINES) además de medidas de soporte (hidratación y reposo).
Los antivirales (inhibidores de la neuraminidasa como el Oseltamivir o el Zanamivir) están desacosenjados [1] en el tratamiento de la gripe dada su baja efectividad, sus efectos secundarios (vómitos, diarrea y ocasionalmente alteraciones del comportamiento) y la fácil aparición de resistencias. No obstante, en países como Japón el uso de antivirales es masivo, aunque desde 2007 se recomienda no utilizar éstos en menores de 15 años, ante la posible aparición de alteraciones psiquiátricas y del comportamiento graves [2].
La gripe, en ocasiones, puede presentar complicaciones severas, especialmente en pacientes inmunodeprimidos o con afecciones graves (respiratorias, renales, hepáticas, etc.). En estos casos el tratamiento será específico, según las complicaciones o infecciones oportunistas que aparezcan. Desgraciadamente, año tras año se registran en todo el mundo numerosas muertes e ingresos hospitalarios relacionados con cuadros gripales complicados, sin que las medidas preventivas habituales se muestren eficaces en su erradicación.
VACUNACIÓN
Desde hace años los sistemas de salud aconsejan, a la población de riesgo (inmunodeprimidos, enfermos pulmonares graves, cardiacos, etc.) y a los mayores de 65 años, la vacunación anual contra la gripe. Esta vacuna consiste habitualmente en tres virus atenuados diferentes (virus A H3N2, virus A H1N1 y virus B), que se adapta cada año a las variaciones intrínsecas conocidas de estos virus.
Se dice que las campañas de vacunación reducen las complicaciones y las hospitalizaciones secundarias a la gripe.
No obstante, los estudios sobre efectividad de la vacunación antigripal son escasos. Un meta-análisis [3] incluye apenas 28 estudios, y concluye que aunque los datos sugieren que la vacunación reduce las muertes y tiempo de hospitalización en mayores de 65 años, estas conclusiones deben ser tomadas con cautela ante la posibilidad de diversos sesgos. El estudio de la Universidad de Washington, publicado en el International Journal of Epidemiology en 2005 [4], es terminante en la detección de sesgos significativos capaces de reducir a cero la eficacia de la vacunación antigripal, concluyendo que estudios con una metodología adecuada son necesarios antes de poder sacar conclusiones a partir de los mismos.
No obstante, en casos de pacientes con patología grave de base (por ejemplo enfermedad respiratoria obstructiva crónica), hay estudios que sugieren que las campañas de vacunación sí pueden ser efectivas, al reducir la incidencia de la gripe y la aparición de complicaciones secundarias [5].
PANDEMIA ACTUAL
La actual pandemia se produce por una variación del virus A H1N1, que presenta alta morbilidad (la gripe se transmite más fácilmente que en otras ocasiones) y baja mortalidad (los infectados por este virus sufren menos complicaciones que los afectados por la gripe en otros años). Además, esta infección cursa con una sintomatología más leve que en otras ocasiones, pasando en muchos casos desapercibida.
El mayor peligro para muchos está, primero, en relación a un posible absentismo laboral masivo ante la aparición de una pandemia por este virus (lo que no parece posible ahora mismo, dada la leve sintomatología con la que cursa). En segundo lugar, aunque su mortalidad sea baja, una infección masiva sí supondría una gran cantidad de pacientes con complicaciones leves o graves, secundarias a dicha infección, con lo que ello supone de impacto social y de saturación de los servicios sanitarios.
Además, la posibilidad de mutaciones secundarias, de efectos imprevisibles, durante una pandemia, motivaron que la OMS recomendase tratar de contener, en la medida de las posibilidades, que la actual infección viral se convirtiese en pandemia, como al final ha ocurrido.
¿QUÉ VA A OCURRIR AHORA?
La gripe parece haber alcanzado ya su pico y podría estar remitiendo. Actualmente ya no se aíslan (y ni siquiera se registran) los casos leves de gripe A, lo que significa que, en breve, la mayor parte de la población habrá sufrido la infección, en muchos casos sin sufrir apenas clínica alguna. Esto también significa que, de forma natural, buena parte de la población estará inmunizada contra este virus.
A pesar de las recomendaciones actuales de utilizar antivirales como el Tamiflu, el tratamiento de los casos sintomáticos (fiebre, mialgias, etc.) debería ser el habitual en los casos de gripe (analgésicos y antipiréticos, más reposo e hidratación adecuada). La necesidad de una vacunación masiva parece igualmente fatua ante la previsible inmunización natural de la mayor parte de la población, que habrá tenido contacto con este virus, y ante las dudas existentes sobre la efectividad de la vacunación en población sana.
¿POR QUÉ SE RECOMIENDAN ENTONCES LOS ANTIVIRALES Y SE BUSCA CON PRISA UNA VACUNA ESPECÍFICA PARA EL VIRUS H1N1?
Me temo que la motivación es exclusivamente económica y los beneficiarios únicos son las grandes compañías farmacéuticas y aquellos que obtienen favores, directos o indirectos, de éstas.
Los efectos secundarios de la medicación antiviral así como los derivados de una campaña de vacunación masiva, exceden con mucho sus más que dudosos beneficios.
La recomendación del uso generalizado de antivirales (como el Oseltamivir o Tamiflu) no está justificado médicamente [6,7,8]. Diversos estudios parecen concluir que apenas son capaces de reducir el período sintomático en un día [9]. Además, sus efectos secundarios y la aparición de resistencias, produciendo variaciones del virus no previstas, podrían incluso desaconsejar su uso.
Sin embargo los beneficios económicos para Glaxo o Roche son ingentes, desproporcionados. No te voy a aburrir con más datos, pero si te interesa, busca cuánto se ha gastado ya el gobierno español (u otros en todo el mundo) en Tamiflu y vacunas, para “protegernos” de esta pandemia… con nuestro propio dinero.
Discúlpame este giro casi conspiranoico final. Pero no te agobies; si estornudas, zumitos, agua y, si acaso, paracetamol. Y como tratamiento preventivo, vida relajada, fruta, alimentación variada y ya. Afortunadamente, esto es sólo una pandemia gripal; una buena excusa para mimarnos un poco más. Eso sí, si te sientes enfermo, visita a tu médico. Más allá de las posibles diferencias de criterio sobre cuál pueda ser el mejor tratamiento para ti, el único móvil del médico que te trata es que mejores.
Chema Nieto
Médico, Especialista en MFyC, Adjunto Servicio Urgencias Hospitalarias y UVI móvil (HOA, Principado de Asturias)
Referencias y otros artículos relacionados:
Cochrane (antivirales) / Biomédica (vacunación) / Int J Epidemiology (vacunación) / Chest (vacunación) / British Med J Blog (antivirales) / Eurosurveillance (antivirales) / M. Day BMJ (imparcialidad) / Reuters (vacunación) / Ghislaine Lanctot (mafia médica) / Teresa Forcades (vacunación)