Bre, la Luna
En nuestra lengua ancestral, en aquella antigua lengua hablada en buena parte de Europa antes del advenimiento del Imperio Romano, la voz br (pronunciada bre o ber) significaba “luna”. La luna y sus ciclos servían para contar el tiempo; los ciclos lunares determinaban la siembra, la recogida o los cambios de estaciones.
Aún hoy se conserva aquella forma bárbara de medir el tiempo y así es que aún decimos septiem-bre (y Septem-ber, también en inglés); la séptima luna. ¡Octu-bre (octo-ber), noviem-bre (novem-ber), diciem-bre (decem-ber); la octava, la novena, la décima luna!. El primero de los meses, la primera luna del año bárbaro, correspondía a la luna de marzo. Hay muchos pueblos que aún hoy en día continúan celebrando el año nuevo en el mes de marzo en vez de en la frontera de diciembre y enero.
¿Y Febrero? Fe-bre(ro) era el último mes frío, el último mes del año bárbaro antes de la luna de marzo. Febrero era también el último mes del año para los romanos, hasta la reforma del calendario que hiciera Julio César. Y aún hoy febrero mantiene menos días que el resto de meses (28) y es en febrero donde se añade el día extra de un año bisiesto, tal y como corresponde a un auténtico último mes anual.
No en vano, y todavía hoy, a esta estación floreciente que nace tras el invierno y que señala el principio del año bárbaro la seguimos llamando primavera, prima-ber(a), la primera luna.
Chema Nieto
Bre, la Luna. Vestigios culturales del universo pre-celta en la actualidad. Antropología lingüística
---
Enlaces de interés: ¿Deriva el Castellano del Latín? / Ber, the Moon
Imágenes: el rincón de la ciencia