Previous month:
marzo 2009
Next month:
mayo 2009

1 entrada de abril 2009

Multiculturalidad y Democracia

Reproducimos a continuación el texto original, de Educación Secundaria Obligatoria (Gijón, 2007, colegio concertado), que motiva la presente reflexión. Las mayúsculas son añadidas. Señalar que, textos como éste, me hacen meditar en la necesidad de instaurar una educación ciudadana... dirigida a profesores y padres.

“Breve historia del multiculturalismo:

El multiculturalismo es, en principio, un hecho; el hecho de que en un determinado espacio social han de convivir personas identificadas con diversas culturas. Así entendido, el multiculturalismo es un fenómeno antiguo. Sin embargo, en los últimos veinte años el PROBLEMA se ha agudizado en la medida en que los pueblos aborígenes, los inmigrantes, los grupos nacionales situados en el contexto más amplio de un Estado-nación, y algunos otros grupos que se sienten marginados, exigen el reconocimiento y el respeto de su cultura. LA NOVEDAD es que no desean asimilarse a la cultura central del país en el que viven, sino que se respete su propia identidad cultural.

En cuanto a esta perspectiva, multiculturalismo significa que una cultura determinada no puede constituir el núcleo al que las demás busquen asimilarse, sino que hay diversos núcleos culturales relacionados entre sí.

Entendido de esta forma, el multiculturalismo es algo NEGATIVO ya que, AL ENCONTRARNOS EN UNA SOCIEDAD MAYORITARIAMENTE DEMOCRÁTICA, LA CULTURA MAYORITARIA HA DE SER LA DOMINANTE y a la que han de adaptarse los núcleos culturales minoritarios”

R_educacion para la ciudadanía  

A modo de aclaración

La protección de los derechos fundamentales de las minorías y de los individuos, incluso cuando dicha protección pueda contravenir la 'regla de la mayoría', supone uno de los pilares en los que se fundamentan las democracias occidentales. Así, nuestra democracia, entendida tanto como forma de organización política o como estilo de convivencia y organización social, establece el marco en el que entender las relaciones individuales y grupales, definidas en todo caso como igualitarias y no como derivadas de la articulación de fenómenos de dominancia y sumisión.

La cultura prevalente -que no dominante- en una sociedad democrática se verá así confrontada, en términos de igualdad, por aquellas otras culturas, aborígenes o inmigradas, que, dentro de los márgenes establecidos por la ley y asumiendo la norma constitucional, se asimilarán o se verán asimiladas en base a los valores reales o imaginarios que aporten, pero nunca por relaciones de dominancia establecidas a priori.

En este sentido, el advenimiento del politeísmo cultural no puede sino enriquecer el acervo cultural prevalente, incluso en aquellos casos en que las culturas minoritarias pretendan preservar a toda costa su propia identidad. La sola expresión de los diversos patrimonios culturales posibilitará la comparación, el análisis y hasta la posible evolución -en la cultura preponderante o en la minoritaria- de conceptos atávicos, basados en la ciega observancia de la costumbre y, sin embargo, disonantes con el sentir o el uso social. De esta forma, lejos de ser un problema, la defensa de identidades y valores culturales diversos supone una oportunidad para el desarrollo individual y social, tanto cuando dichas divergencias son finalmente rechazadas como cuando son aceptadas o asumidas.

Sólo la interpretación perversa del concepto democrático permite pretender que las culturas minoritarias han de capitular ante la mayoría “dominante”. Tal vez sea necesario recordar, una vez más, que la propia definición democrática asume el respeto a las minorías como parte integral y necesaria, y que el marco en el que una sociedad democrática se desenvuelve es el que establece su constitución; una constitución en la que, afortunadamente, caben diversas y hasta contradictorias formas de expresión cultural.

Educacionciudadania .