El Mito del Rey Sagrado, que debía 'casarse' con la Madre Tierra y ser justo y honorable para honrarla –a riesgo de convertir a la propia tierra en infértil y afectar a la prosperidad de la tribu- pervive en los Celtas como reminiscencia de mitos más antiguos pertenecientes a tiempos neolíticos.
Las 'mujeres gordas', tanto en forma de grandes esculturas o diseñadas como delicados elementos votivos, son hallazgos arqueológicos que se encuentran no sólo en todo el territorio europeo sino también en el norte de África y Oriente próximo. La identificación de estas figuras con representaciones de la Gran Madre es generalmente aceptada. También es característico de tiempos neolíticos la señalización de lugares mágicos o sagrados con menhires o dólmenes así como la construcción de túmulos y templos, estructuras circulares o espirales imponentes con irregularidades que señalan eventos astronómicos locales y que denotan no sólo sus conocimientos sobre el comportamiento de los astros y sus habilidades arquitectónicas sino también una organización social establecida de al menos siete mil años de antigüedad. Estos templos -desde los peculiares Maeshowe (Escocia) o Newgrange (Irlanda) hasta Hal Saflieni o Tarxien (Malta)- podrían haber sido centros de culto pero también posiblemente lugares de sanación o con atribuciones mágicas, o incluso templos iniciáticos, a modo de escuelas prehistóricas.
Los símbolos Celtas, desde los trisqueles, espirales y torques hasta los círculos y cruces de sus estelas podrían ser herencia de símbolos neolíticos más antiguos (ver Cruces Celtas). También la sacralización de determinados lugares o las propias escuelas druídicas podrían considerarse reminiscencia de costumbres neolíticas (1).
Julio César habla de grandes escuelas de druidas que contarían con hasta 100 alumnos que cursaban estudios que podían durar 20 años. Pomponius Mela describe también estas escuelas de druidas y las sitúa en cuevas o bosques o bien aparecen relacionadas con ciertas islas o simplemente con lugares apartados.
Aunque textos clásicos describen la quema de textos druídicos en los periodos romano tardío y cristiano parece correcto afirmar que la tradición y el conocimiento de los druidas (2) era transmitido principalmente de forma oral y contenido en diversas fórmulas y cantos que eran memorizados durante los años de formación.
Los conocimientos atribuidos a los druidas son tan amplios y variopintos que justifican las especializaciones en que se suelen dividir; poetas (Bardos), historiadores (Sencha), jueces (Brithem), invocadores (Cainte), doctores (Liaig), harpistas (Cruitre), adivinadores (Faith), etc… Se dice de los druidas en general que estudiaban y tenían conocimiento sobre distintas ramas de la filosofía natural, incluyendo conceptos matemáticos, especulaciones sobre la extensión y distribución geográfica del mundo, razonamientos sobre el uso de distintas plantas medicinales o psicodélicas o la comprensión de ciclos astrológicos y su relación con cambios físicos y la determinación de fechas y eventos astronómicos significativos.
Además de conservar en forma de cantos y poemas su propia historia, sus mitos, héroes y leyendas, se dice que los druidas también participaban en discusiones en torno a temas éticos y morales además de los estrictamente cívicos y relacionados con el mantenimiento de la estructura tribal. En cuanto a los aspectos religiosos su incuestionable animismo se sustenta en consideraciones que no pueden ser interpretadas sino como protocientíficas, con un significativo componente ético y una alta valoración de los actos personales como definitorios del individuo más allá de su cuna o rango.
"Todo hombre es más que su nacimiento". Esta máxima, atribuida al pueblo Celta, describe en gran medida la consideración con que estos 'bárbaros' valoraban la acción personal; el valor, la honorabilidad y el conocimiento. En un sentido religioso es también conocida su firme convicción en la inmortalidad y transmigración de las almas –creencia que según el emperador Julio César "permitía desarrollar las más altas formas de coraje".
Antes que sacerdotes los druidas eran filósofos naturales y los guardianes del conocimiento y acervo cultural de su pueblo. Como tales era respetados y participaban en los asuntos públicos de la tribu en calidad de consejeros y jueces cuyas decisiones eran asumidas con veneración.
Los druidas no constituían una casta sino un grupo más o menos heterogéneo que alcanzaba su rango por formación. Las reuniones anuales de druidas podrían haber servido entre otras para intercambiar información y actualizar sus conocimientos. Es necesario tener en cuenta que, una vez formados, los druidas quedaban ligados a un clan, una tribu o incluso a un espacio geográfico. De entre ellos solamente una clase especial, los bardos errantes, centraban su actividad en recorrer los caminos contando historias de uno y otro lugar, manteniendo un nexo activo entre distintas comunidades Celtas y ayudando probablemente a establecer las rutas culturales y comerciales que las mantenían ligadas.
No parecen haber necesitado erigir grandes construcciones ni representar a sus múltiples dioses o a la Gran Madre para rendirles tributo. Al contrario, en vez de las imponentes manifestaciones religiosas y artísticas previas, de las inverosímiles construcciones neolíticas y de sus múltiples elementos votivos, los druidas se integran por completo en la naturaleza que les rodea abandonando todo intento que pretenda mostrar alguna superioridad del hombre frente a la magia y belleza propias de sus bosques, sus árboles, sus animales, sus montañas o sus cuevas. Mantienen eso si la curiosidad de quienes están convencidos de que la Madre Tierra les alimenta y protege y está dispuesta a revelar sus secretos al estudioso virtuoso, valiente y paciente.
No en vano dice Strabo de los druidas que son "los hombres más justos" que ha conocido; hombres justos y sabios, poetas, consejeros, jueces y médicos. Las atribuciones a los druidas de poderes mágicos parecen en este contexto en clara relación con sus conocimientos físicos y naturales e incluso psicológicos. Las funciones públicas de los druidas, cuyo único poder se fundamentaba en su juicio y conocimientos, debía necesariamente incluir una comprensión profunda de la naturaleza humana.
No fueron pocos los romanos que buscaron en los druidas a los mentores que se encargasen de la educación de sus hijos. Sin embargo, tanto romanos como cristianos demonizarían finalmente las tradiciones druídicas, quemando y arrasando sus lugares santos cuando no apropiándose de ellos para construir ermitas o iglesias.
La ausencia de textos escritos propios que den cuenta de los conocimientos druídicos ha generado un creciente interés llegando en la actualidad a constituirse grupos pretendidamente neodruídicos que inventan de manera alegre y festiva una tradición en gran medida perdida. Su espíritu sin embargo, el espíritu de los druidas, pervive en la curiosidad y el respeto por la naturaleza; en la integración de conocimiento y aprendizaje con un mimo exquisito por el entorno en el que les toca en suerte vivir. Y pervive también en una ética vitalista y natural que evalúa al individuo por sus actos y valora la justicia, el honor y el coraje. Mítico o no, el espíritu de los druidas fundamenta valores modernos no ya europeos o cristianos sino prototípicamente humanos.
Chema Nieto
NOTAS:
(1) Las relaciones existentes entre los restos neolíticos y aquellos típicamente Celtas permiten especular sobre la posibilidad de un origen en el oeste europeo de la tradición cultural y lingüística conocida como Indoeuropea, redireccionando sus migraciones hacia el este que alcanzarían finalmente las regiones de Persia e India. Algunos lingüistas han defendido con mayor o menor vehemencia la posibilidad de un origen protocelta de la lengua Indoeuropea, situando al latín como heredera o hermana pero nunca como madre de las lenguas romances. El hecho de que los historiadores romanos se sorprendieran al encontrar algún pueblo europeo cuya lengua no comprendían (circunstancia que es descrita como poco habitual) parece apoyar estas tesis (ver, en bongobundos, "¿Deriva el Castellano del Latín?" y "Lengua Bárbara; bre, la Luna").
(2) Se relaciona el término Druida con el protocelta Druwid y con la combinación de las raíces Deru (relacionada con duro, tronco [árbol]) y Weid (ver, saber [conocimiento]). La lengua irlandesa relaciona Druidecht (los actos de los druidas) con la magia.
Enalaces y Fotos
Sobre Celtas y Druidas: Fillos de Breogán, Cruces Celtas (Bongobundos), Bre Luna (Bongobundos)
Templos Neolíticos: Newgrange, Maeshowe, Hal Saflieni, Tarxien
Imágenes de britania.tk y christar.elfwood