Irán y el Diálogo
05/03/2007
*** En la imagen (arriba), Ahmad Batebi, símbolo de las revueltas estudiantiles en Irán, voluntario pro derechos humanos, antes de su detención en 1999. Condenado inicialmente a la pena capital por "amenazas contra la seguridad nacional", posteriormente reducida a 10 años, aún permanece en prisión (en la imagen, que dio la vuelta al mundo, motivo de su detención, portaba la camiseta ensangrentada de un compañero apaleado por las fuerzas de seguridad). Amnistía Internacional denuncia, junto con varios otros casos, un proceso injusto, torturas y negación de auxilio médico en la prisión de Evin donde se encuentra.
Antesdeayer 30 mujeres fueron detenidas en Irán, 3 de ellas retenidas en Evin, por manifestarse solicitando derechos legales iguales para la mujer y el hombre. Hace 2 meses 15 periodistas fueron arrestadas cuando pretendían volar a India para asistir a un simposio sobre periodismo. Las denuncias de organizaciones internacionales por abusos, torturas, detenciones improcedentes, intimidación, arbitrariedad legal y un largo etcétera, están a la orden del día en Irán. Las concesiones europeas a la República Islámica, que pretenden circunvenir las acusaciones de islamofobia vertidas por diversas organizaciones, no parecen justificadas a tenor de los datos que muestran una ignorancia sistemática de los derechos humanos por parte del régimen iraní. El reciente grado honorario ofrecido al ex-presidente Khatami por la Universidad de St. Andrews en nombre del diálogo de civilizaciones y del acercamiento inter-religioso es un ejemplo más del desatino europeo a la hora de realizar gestos que puedan mostrar nuestra posición con respecto al gobierno de la república de Irán. En un estado donde religión y política se encuentran indefectiblemente ligados, los gestos, loables por otro lado, de comprensión y aceptación de la diferencia espiritual se traducen, necesariamente, en comprensión y aceptación del estatus quo político y con ello de los crímenes cometidos por el régimen. Los gestos pro-diálogo deben por ello desligarse de las actuaciones de gobierno relacionadas con violaciones flagrantes de los derechos humanos, y más aún, estas violaciones, lejos de ser acalladas o consentidas, deben ser, al mismo tiempo, denunciadas. El mensaje europeo debe ser claro en ambos aspectos (tanto en política externa como para consumo interno); la aceptación y respeto por la diferencia religiosa y la acusación y censura de todo acto que contravenga la declaración universal de derechos humanos.
imagen de Kiarostami