Notas sobre el 44 Festival Internacional de Cine de Gijón
La lista de pelis que he visto en el festival es desigual y bastante anárquica, así que pido disculpas por adelantado.
De entre las que me han gustado, definitivamente no os podéis perder Offside, de Jafar Panahi, que consiguió el premio del jurado joven a la mejor película y el del jurado internacional por mejor actriz (que ganaron las cinco chicas protagonistas).
La historia es sencilla; varias chicas, en Teherán, intentan colarse en un estadio para ver a la selección nacional jugar contra Bahrein en un partido de fútbol crucial, pues se juega su pase al mundial de Alemania. El problema es que a las chicas no les está permitido acceder a los estadios de fútbol iraníes.
La película expone de manera fresca, divertida y hasta reveladora en muchos sentidos, las contradicciones (tragicómicas cuando menos) que conlleva este tipo de restricciones, a través de los simpáticos diálogos entre las chicas, que son descubiertas por los soldados que custodian el estadio, y los propios soldados que las vigilan. De fondo, el partido de fútbol, en riguroso directo, que chicas y soldados viven con desigual interés.
En definitiva, una peli con chispa, que tal vez peca de demasiado optimista (uno puede casi llegar a olvidar que Irán está gobernada por un régimen religioso), pero sin duda muy recomendable.
Mahamat-Saleh Haroun se llevó el premio al mejor director por su película Daratt (compartido con Maziar Miri por Be Ahestegi -Gradually). Cuando fui a ver Daratt me encontré con Tomás y sus amigos. A la salida el primer comentario de Tomás fue: "lo que más me gustó fue la banda sonora". La peli, salvo para los títulos de crédito, no tiene música. En fin, aunque no pueda recomendarla con el mismo fervor que Offside, a mi me encantó. La historia se centra en el Chad, justo después de su guerra civil y de la amnistía general que se acuerda y que evita la investigación y condena de los crímenes de guerra cometidos. El protagonista es un chaval que se va en busca del asesino de su padre y se encuentra con un tranquilo panadero. La fotografía y toda la puesta en escena es dura, clara y seca, y describe con fidelidad el ritmo y el color africanos, la cotidianeidad y también lo extraño y particular de las relaciones que surgen entre los distintos personajes. Para Tomás en cambio la peli es simplemente lenta y aburrida. Quedáis avisados.
La neozelandesa Nº 2, de Toa Fraser, cuenta las peripecias de una familia originaria de las islas Fidji desde el momento en que Nanna María, la abuela del clan, decide que hay que reunirse todos, dar una gran fiesta, matar un cerdo, reír, discutir, vivir en fin, como en los viejos tiempos. Tierna, algo tópica, aunque original por sus personajes, rebosa de una alegría contagiosa. Recomendable.
Bamako, del maliense Abderrahmane Sissako, supone un alegato por África en el que se critica la explotación occidental y, algo más veladamente, la aparente pasividad africana. Su original puesta en escena -un patio comunal se convierte en sala de un juicio formal en el que se enfrentan la sociedad africana de un lado y el Banco Mundial y el FMI del otro- da pie a que se mezcle la vida diaria en Mali con la utopía de un mundo más justo. Bellísima fotografía y excepcionales (y hasta inesperados) momentos musicales. Interesante en cualquier caso para quien quiera saber un poco más sobre los manejos del Fondo Monetario Internacional y las consecuencias de sus decisiones en África.
Una de las ventajas de los festivales de cine es que pasan las pelis en versión original. Sólo así es que he podido disfrutar la voz increíble de Peter O'Toole en Venus. La película de Roger Michell tiene dos mitades bien definidas: la primera parte es hilarante, con diálogos brillantes que desarman con la fuerza de su ironía y la sencillez de su presentación. Desde la primera escena, en que dos vejetes (O'Toole y Leslie Phillips) se reparten pastillas, no pude parar de reír. La segunda mitad en cambio es lenta, opresiva, mientras presenciamos el declive físico de su protagonista, un viejo actor no retirado (aún consigue algún papel, sobre todo de cadáver) que se despide de la vida y del placer en compañía de una chica (Jodie Whittaker) que acaba de conocer. Muy recomendable, en V.O.
Brian Barber dirige un entretenido video musical con trama de peli de gansters en Idlewild, una historia visualmente impactante por su fotografía de alto contraste y sus numerosos trucos y juegos, con la presencia musical, excelente, del hip-hop de los Outkast, y una trama años veinte, ley seca, garitos, baile, pillos, pistoleros, líos de faldas, cantantes y demás que muestra lo guapos que son los negros y lo bien que les quedan los trajes. Lo dicho, muy entretenida.
En la sección Nuevos Cines del Este hice varios hallazgos, entre ellos una joya muy recomendable (especialmente para nostálgicos); Trenes Rigurosamente Vigilados, del checo Jirí Menzel, óscar en 1968 a la mejor película extranjera. Con un sentido del humor propio de la época la película cuenta cómo el joven Milos intenta perder su virginidad mientras trabaja en una perdida estación de ferrocarril checoslovaca a finales de la segunda guerra mundial. Tragicómica experiencia en la que se confunden los héroes con los simples cuando aquello de la pérdida de la inocencia. Si la encontráis, no la paséis por alto.
Por último si no menciono U Eli seguro que se enfada. Esta peli de dibujos (de animación que dicen ahora) la dirige Serge Elissalde y firma el guión Grégoire Solotareff. Yo no es que conozca a ninguno de los dos pero estos nombres (franceses?) siempre impresionan. Y, en fin, historia fantástica con personajes tiernos e inolvidables, música deliciosa, acuarelas absorbentes y... vaya, que a Eli le encantó.
Finalmente señalar tan sólo alguno de los cortos con los que me topé, entre ellos la excepcional y muy original historia de Sniffer, la bellísima Meokgo and the Stickfighter, o la sencillamente brillante Longaniza con Patatas, del avilesino Xuan Acosta.
Por cierto, que la ganadora del certamen fue Longing (Sehnsucht), de Valeska Grisebach, una historia de amor alemana que no llegué a ver...
Y vale. Que disfrutéis.
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