Festival de Gijón
Tomás Miñambres

El Código del Mar

SÍNTESIS DEL 2006 EN UNA SOLA NOTICIA

El Francisco y Catalina es un barquito pesquero en el que conviven diez tripulantes. Su nombre, Francisco y Catalina, es anodino, como lo son sus aventuras; trabajo de pescadores que se pasan casi todo el año recorriendo el Mediterráneo en busca de gambas.

Marsaxlokkpescador Yo no soy marinero ni de agua dulce. Mis referencias son literarias cuando no mitológicas. Así, lo que sé del Código del Mar lo aprendí con aquel viejo de Hemingway, con los piratas de Isla Tortuga, con las aventuras de Billy Budd y con las de Corto Maltés. Y si he de ser sincero tendría que incluir aquí a los Fremen de Dune y todas las historias que he leído de nómadas, árabes y tuaregs que recorren este o aquel desierto, pues, en mi imaginación, el Código del Mar y el Código del Desierto son hermanos.

Pero esto que para mi resuena a literatura y utopía, a hermandad y sentido común, a vínculos atávicos de supervivencia y a sociedad de hombres libres, a filosofía, poética y a política, para los tripulantes del Francisco y Catalina es algo que, de tan natural, hasta resulta trivial; ellos conviven a diario con el mar, con sus inclemencias y con su código, sin más. Así es que hace unos meses recogieron a cincuenta africanos que pedían ayuda desde una patera a la deriva. Luego pasarían una semana de locos, atrapados africanos y españoles en el pequeño barco, tratando de conseguir permiso de algún puerto para poder arribar. Pero esa es otra historia.

Gambli El código del mar obliga a socorrer al que está en peligro, "sea blanco, negro, vaya en yate o en patera", dice el cocinero de a bordo. El segundo patrón añade: "No somos héroes, somos pescadores de gambas".

Pues eso, pescadores de gambas; una peña que no necesita de ninguna ley que les obligue a hacer lo correcto. A los marineros les basta con el Código del Mar.

Feliz Año.

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