En cuanto nos adaptemos de nuevo al ritmo de por aquí colgaremos alguna nota de la escapada que nos hemos hecho por allí. Y es que aunque fueron cuatro días de patear desierto, todo-terrenos dando saltos y aventuras mil, también tuvimos masajes ayurvédicos, cachimbas opiáceas y piscinas climatizadas.
La de abajo es sólo una muestra del ritmo tranqui que se gastan los bereberes tunecinos en sus casinas de piedra... pa que entendáis por qué tenemos que adaptarnos de nuevo al ritmo de por aquí.