Prologo: que conste que por mi parte (habla Elisa) hubiera preferido no haceros pasar por el duro trago de tener que leer el culebron que sigue a continuacion. Pero como estamos ociosos y vosotros sois tan inocentes de seguir pidiendo mas, ahi va. Sentaros encima de un cojin blando y animo.
Prologo dos: tan solo recomendaros (habla Chema) que leais esta entrega por capitulos del diario de Elisa poco a poco. Entiendo que el texto que colgamos el dia 7 es infumable, asi que, para compensar, aqui teneis, desarrollado con mimo y detalle, la explicacion de lo que realmente ocurrio sin mis divagaciones y paranoias. Animo.
CAPITULO PRIMERO: Venecia, Primer Contacto
Abro los ojos a un amanecer ceniciento en una parada de carretera camino a Ravena. Los cierro de nuevo y tras mis parpados comienzan a formarse imagenes caleidoscopicas de Venecia.
Me resulta dificil ordenar sus calles, sus colores, las fachadas amarillas y magentas con ventanas de arcos ojivales que observan incansables el paso del agua turbia. El laberinto bullicioso de pasadizos perlados de tiendas de mascaras, de trattorias de tentadores aromas, de cristal de Murano soplado en formas caprichosas, hace que perderse sea un placer.
Puentes diminutos y perfectos te invitan a abandonar la mirada en el paseo clasico-exotico de las gondolas que hipnotizan turistas. Entre tanto, bajo el puente de Rialto, atestado de ojos devoradores de belleza, las vaporettas siguen su ruta menos bucolica y mas practica de los que han cambiado el asfalto por el agua.
El tiempo parece detenerse en Venecia, y todas las tradiciones asesinadas a golpe de tubo de escape, perduran aqui. Como esa pequenya libreria donde tratan el cuero ellos mismos para hacer los diarios de viaje del 1.300.
La Piazza de San Marcos se abre orgullosa sabiendose monumental hasta las alcantarillas. La basilica tiene en cada uno de sus cinco porticos mil tipos de marmol diferente, marco perfecto para los mosaicos imponentes que los adornan. A su alrededor museos de fachadas que no ocultan la importancia de lo que contienen. En el lado norte hermosos edificios con arcos delicados y suntuosos cobijan cafes selectos, donde sentarse a contemplar la plaza es un regalo.
Y al fin la Piazzeta, donde puedes descansar la mirada sobre el agua y las gondolas mientras te custodian la espalda los simbolos de la ciudad; encaramados en dos gigantescas columnas de granito el Leon de San Marcos y San Teodoro te cubren la retaguardia.
Y asi puedes volverte a perder por los canales diminutos, por las calles cortadas, y descubrir esa virgen tallada en piedra o aquel arco que parecia sujetar una casa, o aquella puerta con columna de capiteles delicados que daba entrada a una zapateria, y aceptar que el arte en Venecia no coge en ninguna guia y que no puede nombrarse ni enumerarse, tan solo recordarse.
CAPITULO SEGUNDO: Viviendo de Prestado
Es extranya la sensacion de que esta ultima parte de nuestro viaje la estamos viviendo casi de prestado. Quizas sea por el ritmo trepidante de estos dias en que coleccionamos fronteras a paso casi de turista; de la nieve de Eslovaquia a la riqueza de Austria; de perdernos en las cuevas de Postojna, donde las estalactitas crecen a una velocidad de un milimetro cada diez anyos, a meternos en el trafico caotico de Italia; de las montanyas a los canales de Venecia en solo una semana.
O quizas sea ese goteo intermitente en las tripas, ese empezar a saber que el regreso esta cerca. Se trata de ese saber que nuestras vidas volveran a ser normales, y que hay que exprimir ahora esta experiencia para conservarla.
Porque tendemos a pensar que nuestras vidas son normales, casi simples. Hacemos lo que debemos, pasamos mucho tiempo en el mismo sitio, pero, y esta es solo una idea loca que acabo de tener, que pasaria si consiguiera llevarme esta mirada, esta que tengo ahora cuando descubro un sitio cada dia?
Puede que entonces descubra que el puerto de Gijon es tan hermoso como el de La Rochelle a la luz del sol, que el parque de San Francisco no es menos magico que aquel de Paris o que el Sella, cuando se despereza en primavera estrenando color no tiene nada que envidiarle al Ljubljana color esmeralda; que las noches de tertulia con Tomek y Areta son tan especiales como las que pasare en casa con mis amigos.
Tal vez sin mantengo esta ilusion, si no dejo que el olvido entierre al dios de las pequenyas cosas que ahora me acompanya, mi vida nunca vuelva a ser 'normal'.
CAPITULO TRES: Desubicados
Cuando Ana nos visito en Cracovia hablamos de la desubicacion, de esa sensacion de despertar en otro pais en un abrir y cerrar de ojos. Los viajes en avion son muy rapidos y ella, que en una semana iba a estar en tres continentes diferentes, comentaba que en ocasiones le costaba saber donde estaba al despertar.
Nunca pense que esa sensacion se pudiese dar en nuestro viaje. El caso es que de una semana para aca apenas nos hemos bajado de la furgo para ir al banyo.
De Venecia a Ferrara, donde disfrutamos del ultimo hotel entre las callejuelas de una ciudadela medieval que parecen un Guetto judio por entero. De nuevo a Venecia, pues empezaba el carnaval, y tras perdernos todo el dia tras la pista de una fabula de Corto Maltes en la que el Palazzo del Cammello guardaba un vinculo de misterio con la Madonna dell'Orto, pasamos la noche persiguiendo a una comparsa de sambistas suizos que eran lo mas animado de la fiesta -inexistente por otro lado- de la mascarada veneciana.
Inexplicablemente acabamos en una iglesia diminuta que, en la fiesta mas profana del anyo, nos invitaba a dejarle un mensaje a Jesus, o puede que a nosotros mismos, obligandonos a hacer balance de lo vivido en este tiempo.
Pero la furgo nos esperaba, ansiosa ya, en el inmenso parking donde se quedan los coches, castigados, a la entrada de Venecia. Y cuando la cogimos por fin ya no quiso parar hasta bien entrado el dia siguiente, cuando frente a la costa cercana a Pescara, cercados de nuevo por la nieve que amenazaba invadir incluso la playa, le suplicamos que nos dejara descansar.
CONTINUARA...
Proximo Capitulo: ss-16 Adriatica.