Historias de Bam
Noche Buena en Cracovia

Las Llaves de la Fregoneta... por última vez

Para el Zoroastrismo -una de las religiones más antiguas que se conocen y que tiene su origen en Persia- existen dos principios fundamentales; Ormuz y Ahriman; el Orden y el Caos.

En la noche del 21 de Diciembre -la noche más larga del año- se celebra en Irán el Yalda, el principio del fin del caos; la decadencia de Ahriman, el regreso de Ormuz. En este último día de Ahriman, alguien entró en nuestra casina de Cracovia...

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Por una de esas extrañas coincidencias, aquella mañana nos habíamos llevado el ordenador con nosotros; madrugamos para hacer fotografías y visitar galerías (el I.C.Center, la Starmach Gallery, el Piano Nobile...) y callejeamos durante todo el día, descargando imágenes en el ordenata de cuando en cuando y descansando en bares increíbles, como aquel sótano fascinante del Rynek Glowny 45, o aquel otro, el Boogie Club creo que se llamaba.

A las nueve de la noche regresamos a la casa. La ventana del baño estaba abierta, la cortina descolgada, una maceta rota, el bolso amarillo de Eli en medio de la sala, el carnet de conducir en el suelo, libros y libretas desparramados en una esquina. Nos faltan los móviles, dinero suelto, un estuche de acuarelas... y las llaves de la furgoneta.

Celebramos la noche más larga del año en casa, en compañía de una pareja del 'CSI' que se dedicó a hacer fotografías y sacar huellas de lugares imposibles. Echan de menos el desorden habitual en un robo, pero es que Eli, cuando yo salí a avisar a la poli, había aprovechado para ordenar el 'escenario del crimen'... Por algún motivo la pareja del CSI no parecía agradecida (como veis, las pelis no sirven de mucho; en cualquier situación de estrés siempre acabamos haciendo las mismas tonterías que la rubia protagonista).7_frago

En cualquier caso, el fin de Ahriman también marca el comienzo de Ormuz, y con ello el comienzo del 'orden': hemos tenido que cambiar las cerraduras de la frago; las llaves, protagonistas indiscutibles de esta primera mitad de nuestro viaje hacen un mutis espectacular. Nosotros, ya tranquilos, celebramos la noche buena en compañía de polacos adorables (ver la jugosa descripción de Eli más arriba).

Estas navidades son sin duda especiales, diferentes.

Anteayer, después de un día larguísimo de tranvías y garajes y declaraciones oficiales, nos escondíamos un rato en un barín de Szeroka. Allí, al calor especial que tienen los locales judíos de Cracovia, intentamos ordenar las emociones de los últimos días. Recordamos, casi al mismo tiempo, por qué estamos de viaje, y con una sonrisa compartimos la extraña sensación de que nadie puede robarnos lo que realmente nos importa.

Así pues, la aventura continúa.

¡Feliz Navidad a todos!

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